Ayer

Tu papá me hizo cazuela y casi me morí de emoción. Adoro la cazuela y estaba deliciosa, me comí todo todo todo, supongo lo habrás notado.

En la tarde el pobre murió de flojera. Repartió su tiempo equitativamente entre dormir y comer. Mientras yo bordaba.

Esos son nuestros domingos. Tranquilos y regaloneados.
0 Responses

¿Algún comentario?