Una de las cosas complicadas de la maternidad es tener que lidiar con emociones encontradas, vale decir, que coexisten temporalmente y que hacen que este estado de post natal sea aún más dificil de comprender por quienes no pasan por él.

- Ganas de estar fusionada y pegada a tu guagua, besándola, acurrucándola y al mismo tiempo, de salir a la calle sola, caminar con autonomía, diponer de tu tiempo.
- Querer que tu gente, amigos, familia te llamen a cada rato para saber de ti y al mismo tiempo, ganas de estar sola. Sola sin nadie a tu alrededor.
- Cuando está despierta mucho rato, ganas de que se quede dormida para hacer tus cosas. Cuando está durmiendo, ganas de que se despierte para jugar con ella.

Eso entre otras cosas.

Ayer vinieron amigas del consultorio a verme en la tarde. Como 3 horas acá. Fue exquisito conversar de otra cosa que no fuera guaguas y pañales y enterarme de copuchas. Saber de ellas y dejar a un lado el egocentrismo que a una la invade (y de la cual facilmente se acostumbra). Cuando se pasan semanas donde la gente te pregunta "¿cómo estás? ¿cómo fue el parto?, ¿cómo está Laurita?" es fácil quedarse pegada en la autorefrencia.

Así por estos días. Laurita está cada día más rica.
0 Responses

¿Algún comentario?